AGUA   DE   MAR

 

 

No maravillarte y no pensar

que sea triste ver

gotas enloquecidas deslizarse

en la suela sucia de viajes

de mi rostro. Es el mar

que me llevo adentro

como una amada condena

y cansado de veneno intenta

huìdas de tempestad, cada vez

resignando a la vuelta.