MUJER  DEL  SUR

 

 

Escupida en los escollos en la espera

de regresos encantados, en los días

de tempestades y de plegarias

mudas, con crisoles

de ojos donde el sol

se mata y se transmuta

en lava, evaporando

melancolías roceadas.

 

Reverberos de nunca muertas

estaciones en cinceles

de alabastro, alcobas

de orgullo y de dulzuras

esfumadas levemente en azahares

brotados de sonrisas.

 

Pasado es el tiempo

de mitos y fábulas

de recuerdos, desgastado está ahora

el chal de la noche

y tu cielo rebelde sueña

ya alas trépidas de futuro.